Ermita de Santa Bárbara
La Ermita de Santa Bárbara, patrona de la localidad, se construyó entre finales del s. XVII e inicios del s. XVIII, presentando un marcado carácter popular, como lo demuestran sus blancas paredes perfectamente encaladas. Esta ermita, de reducidas dimensiones, presenta un interior decorado con diversas imágenes y un retablo dedicado a la santa.
Situada extramuros de la villa, al noroeste de la misma aunque muy cercana a ella, se eleva sobre un pequeño promontorio como vigilante del quehacer diario de los vecinos. A la ermita se llega por medio de una corta, aunque empinada, cuesta, pudiendo disfrutar desde ella de hermosas vistas no solamente del Andévalo sino también de diversas localidades de la vecina Portugal.
Esta ermita está próxima a los antiguos molinos de viento, hoy acomodados como zona de merenderos, sirviendo de punto de partida para la ruta que transcurre entre Santa Bárbara de Casa y los molinos.