Molinos Arineros de Agua y Viento

Los molinos de viento del Andévalo pertenecen a la categoría conocida como Mediterráneos o de torre con vela latina. Evidentemente se situaban alrede­dor de los núcleos urbanos debido a la cercanía de los centros de consumo, a las difíciles comunicacio­nes y a la mala conservación de la harina, que era fuertemente atacada por la humedad y los insectos. La escasa población andevaleña provocaba que no hubiera una gran demanda, por lo que estos molinos no eran muy complejos, dedicándose su producción al autoconsumo, llegando su radio de acción como mucho a los pueblos de los alrededores.

La documentación no nos permite aquilatar la fe­cha en que se levantó el primer molino harinero en Santa Bárbara, pero sí conocemos que en munici­pios vecinos, como el caso de Aroche, su presencia está constatada desde el siglo XV. Es de suponer que desde la misma fundación de la población se hicieran imprescindibles para moler el grano que se producía en los campos. Sin embargo, no será hasta el siglo XVIII cuando se produzca la verdadera explosión de los molinos harineros.